Similar a la carta anterior, observamos a un hombre con una túnica roja quien se encuetra escoltado por tres bastos sólidamente cimentados en la tierra. En esta oportunidad, y a diferencia de la carta anterior, este hombre se encuentra de espalda mirando fijamente hacia el horizonte, hacia el mar donde se encuentran algunas embarcaciones que parten en pleno ocaso del sol. Sus finas vestiduras indican que se trata de un hombre adinerado y apoderado, quizás un mercader. Su actitud observante y serena desde la cumbre, parecieran indicar satisfacción por los logros, posesiones y metas obtenidas. Los bastos que le acompañan están firmes, floridos e inamovibles siendo el apoyo incuestionable del personaje. La diferencia más significativa es que el anterior (el del dos de bastos) se encontraba en actitud activa en su fortaleza o castillo y fijando su atención en posibles objetivos, mientras que este refleja claramente que ha llegado al final del camino y aprecia con satisfacción sus logros. Creo que el mensaje central que trasmite la carta es: satisfacción y estabilidad, el resultados que se obtiene después de andar y bregar el camino.